Piensa en la última vez que diste mil vueltas buscando las llaves o el móvil. O cuando fuiste a la cocina y te preguntaste: ¿A qué vine yo aquí?
Quizás te reíste. Pero en el fondo, algo te inquietó.
Esto antes no me pasaba.
No temes perder un objeto. Temes perder la memoria y la claridad mental que te hace ser quien eres. Que te permite seguir tomando tus propias decisiones. Que te mantiene conectado con tu vida, con las personas que quieres, con todo lo que has construido.
Por eso hoy te contamos por qué aparecen los olvidos con la edad, qué señales conviene observar, cómo influye la alimentación y qué papel tiene el ayuno en la salud cognitiva. Sin promesas exageradas. Con evidencia.
Cuando los olvidos empiezan a preocuparnos

Todo empieza de forma silenciosa. Unas gafas perdidas. Una palabra que no llega. Una cita que se escapa. Son olvidos frecuentes en cualquier edad, pero según vamos cumpliendo años adquieren un significado distinto.
Vivimos más que nunca, pero también convivimos con más deterioro cognitivo.
Mira estos datos:
En 2050, tres de cada diez españoles tendrán más de 80 años.
En España hay alrededor de 800.000 personas con algún grado de deterioro cognitivo.
Y desde los 65 años, el riesgo de demencia aumenta de forma acelerada: cada cinco años se duplica. Así lo confirma un estudio del National Institute for Health Research – Cambridge University, publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease Reports, disponible en PubMed Central (NIH).
La pregunta ya no es si viviremos más, sino cómo llegará nuestro cerebro a esa vida extra.
¿Por qué perdemos memoria al envejecer? El cerebro y sus cambios
El cerebro no envejece de golpe. Cambia lentamente, influido por la genética, pero sobre todo por nuestros hábitos: alimentación, sueño, estrés, ejercicio y entorno.
Hoy sabemos que el 70-80% del envejecimiento depende de la epigenética. Los genes se activan o silencian según cómo vivimos.
Ya lo explicamos en un artículo sobre epigenética y medicina 4P, pero conviene recordarlo. Lo que comemos, cómo dormimos, el nivel de estrés o el movimiento diario no solo afectan nuestro día a día, también modifican la expresión de genes implicados en la memoria, neuroinflamación y longevidad.
La epigenética funciona como un interruptor. El tabaco, el azúcar o el estrés «encienden» genes inflamatorios. Mientras que el sueño profundo, la meditación, una dieta mediterránea o prácticas como el ayuno activan vías de reparación celular que ayudan a «apagar» esos procesos dañinos.
Este efecto acumulado durante años influye directamente en la velocidad a la que envejece el cerebro.
El cerebro que envejece sin hacer ruido

El cerebro cambia progresivamente. Con el paso de los años:
- Las conexiones neuronales se vuelven menos eficientes, como cables viejos que pierden señal.
- La capacidad de generar nuevas sinapsis disminuye.
- La red de conexiones que protege al cerebro frente al deterioro se reduce.
- El flujo sanguíneo cerebral puede disminuir, afectando la memoria y la atención.
Estos cambios son naturales, pero no inevitables. Su velocidad depende, en gran medida, del estilo de vida. Y por eso en nuestros programas de ayuno damos charlas informativas encaminadas a despertar en cada persona las ganas de cambiar y empezar a construir hábitos más saludables.
Tres enemigos invisibles de tu memoria
Tres procesos silenciosos aceleran el deterioro:
1. Neuroinflamación. El cerebro se inflama igual que una rodilla o una articulación. Pero aquí no duele. Se nota en forma de cansancio mental, lentitud, niebla cognitiva.
2. Estrés oxidativo. Imagina que tus neuronas se «oxidan» como el metal. Los radicales libres las van dañando poco a poco. La mitocondria (la central energética de cada célula) pierde eficiencia, tal y como te contamos en nuestro libro.
3. Metabolismo alterado. Cuando la glucosa sube y baja bruscamente, el cerebro sufre. La resistencia a la insulina no solo afecta al páncreas: también envejece el cerebro.
No nos quedamos sin memoria de un día para otro: nos vamos oxidando poco a poco.
Deterioro cognitivo leve: el aviso antes de la tormenta
El deterioro cognitivo leve (DCL) es una condición en la que la persona nota cambios en la memoria o en la atención, pero mantiene su independencia.
No es una demencia, pero sí puede ser su antesala. Un estudio estimó que aproximadamente una de cada cuatro personas con DCL evoluciona a alzhéimer en un periodo de 3 a 5 años. Fuente: Risk of conversion from mild cognitive impairment to dementia in low- and middle-income countries, disponible en PubMed.
Por eso es tan importante reconocer señales de alerta y actuar desde la prevención.
Señales tempranas que no debemos ignorar
Debes estar atento a estas señales.
Falta de concentración, niebla mental y apatía

Si entiendes lo que es «niebla mental» es porque te ha pasado. Si es ocasional no pasa nada. Pero si aparece de forma persistente, puede ser señal de un desequilibrio metabólico, inflamatorio o cognitivo.
Si tu mente está en otra parte muy a menudo, conviene revisar. No te resignes pensando «es la edad». Tu cerebro te está pidiendo ayuda.
Insomnio, cambios de humor y fatiga persistente

Si ya tienes ciertos años, quizás hayas notado que tu sueño es más ligero, que te despiertas más veces, que duermes menos horas. Y eso afecta la memoria a corto y largo plazo.
Durante el sueño profundo se eliminan toxinas cerebrales, incluidas proteínas como la beta-amiloide, y se reduce la oxidación celular. Si tu estado es de fatiga constante o cambias de repente de humor, mejor prestarle atención.
Síntomas digestivos: intestino inflamado y microbiota alterada

El eje intestino-cerebro conecta digestión, emociones y cognición. Una microbiota alterada puede influir en neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. Así que no ignores tu inflamación digestiva: puede estar afectando tu claridad mental.
La reserva cognitiva: el «músculo» que protege tu memoria
La reserva cognitiva es la capacidad del cerebro para mantenerse funcional a pesar de los cambios propios del envejecimiento. Puedes imaginarla como un músculo invisible: cuanto más lo entrenas a lo largo de la vida, más fuerte se vuelve y mejor te protege frente al deterioro.
Este músculo cerebral no aparece por casualidad. Se construye con años de experiencias, aprendizajes y hábitos que generan nuevas conexiones neuronales, como:
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- Educación y aprendizaje continuo
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- Lectura, idiomas y música
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- Resolver problemas y estimular la creatividad
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- Vida social activa
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- Actividad física
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- Sueño y hábitos saludables
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- Curiosidad y retos mentales
Gracias a esa red de conexiones, dos personas con el mismo nivel de cambios cerebrales pueden envejecer de formas muy distintas.
Quienes tienen mayor reserva cognitiva suelen retrasar la aparición de síntomas, compensar mejor las pérdidas y mantener la lucidez durante más tiempo.
Quienes tienen mayor reserva cognitiva suelen retrasar la aparición de síntomas.
La reserva cognitiva actúa como un colchón que protege la memoria, y se empieza a construir mucho antes de que aparezcan los primeros olvidos.
El reloj oculto del deterioro: cuándo empieza la pérdida de memoria
Los cambios comienzan 12-20 años antes de lo que imaginas
Cuando pensamos en pérdida de memoria, imaginamos un proceso que llega con los 70 o los 80. Pero la ciencia europea cuenta otra historia.
Investigadores del Barcelona Beta Brain Research Center, CIBERNED y Alzheimer Europe llevan años estudiando qué ocurre en el cerebro antes de que aparezcan los primeros olvidos, y sus hallazgos son sorprendentes:
| Aspecto | Descripción |
|---|---|
| Acumulación de beta-amiloide | La beta-amiloide, una de las proteínas asociadas al alzhéimer, puede comenzar a acumularse 12-20 años antes de cualquier síntoma. |
| Cambios en el hipocampo | El hipocampo, la región que sostiene nuestros recuerdos, va perdiendo volumen poco a poco, de manera casi imperceptible. |
| Velocidad del deterioro | La velocidad del deterioro depende mucho de nosotros: inflamación, glucosa y reserva cognitiva actúan como aceleradores o frenos. |
Esta mirada se completa con las investigaciones del neurólogo Francisco Lopera en Colombia. Durante décadas, su equipo ha seguido de cerca a varias familias de Medellín, portadoras de una mutación genética que predispone al alzhéimer temprano.
Gracias a ellas sabemos que la acumulación de beta-amiloide puede empezar 16-20 años antes del deterioro clínico. Esas familias, estudiadas generación tras generación, han permitido ver cómo la enfermedad se enciende en la sombra mucho antes de mostrarse.
Y aquí está la revelación: La memoria no empieza a perderse a los 70. Empieza a moldearse —y a deteriorarse— entre los 30 y los 50, en ese tramo vital donde el estrés se acumula, el sueño se acorta y los hábitos empiezan a pasar factura.
Por eso la prevención no es un acto tardío: es un compromiso temprano con el cerebro que queremos conservar.
Las etapas del envejecimiento cerebral
Una manera práctica de entender la evolución del envejecimiento cerebral es agrupar la vida adulta en cuatro etapas:

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- 0-21 años: formación y maduración. El cerebro alcanza su máximo desarrollo sináptico.
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- 28-49 años: transición metabólica y hormonal. Descienden hormonas clave (estrógenos, testosterona, hormona del crecimiento), baja la melatonina, aumenta el estrés y se ralentiza el metabolismo.
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- 50-70 años: mantenimiento y prevención. Se consolidan los factores de riesgo cardiovascular y metabólico.
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- 70+ años: conservación y lucidez. La reserva cognitiva —lo que hemos aprendido y entrenado a lo largo de la vida— se convierte en la principal protección del cerebro.
La etapa clave, desde el punto de vista cognitivo, es entre los 30 y 50 años, cuando aparecen los primeros signos de estrés celular y metabólico que pueden influir décadas más tarde.
El día que Carmen decidió no resignarse
Carmen tiene 52 años. Hace dos años empezó a olvidar nombres, citas, conversaciones recientes. Su médico le dijo: «Es normal a tu edad». Pero Carmen decidió que «normal» no significaba «inevitable».
Cambió su alimentación, empezó a caminar 30 minutos al día, durmió mejor. Y hace un año hizo su primer retiro de ayuno supervisado. No fue fácil. Pero al tercer día sintió algo que no sentía en años: claridad mental.
Hoy Carmen no ha revertido su edad. Pero sí ha frenado ese avance silencioso del deterioro. Su cerebro tiene ahora más herramientas para protegerse. Y ella, más años de lucidez por delante.
Esta historia no es un milagro. Es el resultado de entender que el cerebro responde cuando le damos lo que necesita. Y lo que necesita es alimentarse bien y de vez en cuando hacer un reset gracias al ayuno.
Alimentación y memoria: lo que comemos influye en la salud cerebral
La alimentación es una de las herramientas más poderosas para proteger el cerebro. Y también una de las más descuidadas.
Alimentación para la memoria: lo que demuestran los estudios europeos
La investigación clínica coincide:
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- La malnutrición aumenta el riesgo de deterioro cognitivo (Fekete et al., 2025).
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- El exceso de azúcares y ultraprocesados favorece la inflamación (Bhuiyan et al., 2023).
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- El déficit de vitaminas del grupo B y omega-3 está relacionado con peor rendimiento cognitivo (Liu et al., 2025).
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- Las dietas antiinflamatorias —ricas en plantas, pescado azul y aceite de oliva— son protectoras (Urpí-Sardá et al., 2023).
La dieta mediterránea
La dieta mediterránea es uno de los patrones más estudiados del mundo. Se asocia con:
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- Menor riesgo de deterioro cognitivo
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- Menor neuroinflamación
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- Mejor salud vascular cerebral
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- Reducción del riesgo de alzhéimer
Una alimentación antiinflamatoria no es una tendencia pasajera, sino la base para que el cerebro llegue en buen estado a los 80 años..
La Dra. Isabel Lopera, especialista en medicina antiaging, insiste en que una alimentación antiinflamatoria no es una tendencia pasajera, sino la base para que el cerebro llegue en buen estado a los 80 años.
Qué es la dieta DASH
La dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) nació para reducir la hipertensión y mejorar la salud cardiovascular. Se centra en:
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- Verduras
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- Frutas
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- Legumbres
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- Cereales integrales
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- Frutos secos
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- Lácteos bajos en grasa
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- Limitación de sal, azúcares y grasas saturadas
Qué es la dieta MIND
La dieta MIND (Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay) combina lo mejor de la dieta mediterránea y la dieta DASH. Es un patrón alimentario diseñado para proteger el cerebro y retrasar el deterioro cognitivo.
Selecciona solo los alimentos con mayor evidencia de beneficio para la memoria y reduce los que favorecen la inflamación.
Los estudios muestran que seguirla estrictamente puede reducir el riesgo de alzhéimer hasta un 53%, y moderadamente alrededor de un 35% (Liu et al., 2025; de Crom et al., 2022).
Alimentos que protegen y alimentos que aceleran la pérdida de memoria

Alimentos que protegen el cerebro:
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- Verduras de hoja verde
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- Pescado azul
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- Aceite de oliva virgen extra
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- Frutos rojos
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- Frutos secos
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- Legumbres
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- Cereales integrales
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- Especias antioxidantes (cúrcuma, canela)

Alimentos que aceleran la pérdida de memoria:
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- Azúcares añadidos
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- Ultraprocesados
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- Grasas trans
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- Alcohol en exceso
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- Fritos y rebozados
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- Dietas proinflamatorias
Ayuno y memoria: lo que sí sabemos y lo que aún no
Y aquí es donde entra el ayuno. No como solución mágica, sino como herramienta de optimización metabólica.
Aunque no cure la pérdida de memoria, el ayuno sí puede mejorar muchos de los procesos que la afectan: la inflamación, el metabolismo y la energía del cerebro. Cada vez hay más estudios que analizan cómo influye en la claridad mental y en la salud neuronal.
Ayuno intermitente: efectos en memoria y claridad mental
Los estudios muestran que el ayuno intermitente puede:
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- Aumentar la producción de cuerpos cetónicos, un combustible eficiente para el cerebro.
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- Incrementar el BDNF, proteína clave para que las neuronas se reparen y creen nuevas conexiones.
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- Reducir la inflamación cerebral.
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- Mejorar la sensibilidad a la insulina.
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- Mejorar la atención y la claridad mental, especialmente en personas con sobrepeso.
Autofagia y cerebro: por qué mejora la reparación celular
Durante el ayuno, se activa la autofagia, un proceso de reciclaje celular que:
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- Elimina proteínas dañadas
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- Reduce desechos celulares
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- Favorece la regeneración
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- Disminuye la neuroinflamación
Este mecanismo protege especialmente a las neuronas, que no se regeneran con facilidad.
Ayuno terapéutico y supervisión médica: beneficios y límites reales
El ayuno terapéutico supervisado ha mostrado beneficios en:
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- Salud metabólica
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- Inflamación sistémica
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- Regulación glucémica
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- Función mitocondrial y eficiencia energética celular
Lo que aún no está demostrado:
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- Que prevenga la demencia a largo plazo
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- Que reduzca el riesgo de alzhéimer por sí solo
El ayuno es una herramienta poderosa, pero debe integrarse en un estilo de vida completo.
Cómo prevenir el deterioro cognitivo a partir de los 40
Hábitos diarios que frenan la pérdida de memoria

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- Alimentación antiinflamatoria y antioxidante
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- Ejercicio regular
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- Gestión del estrés
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- Exposición solar adecuada
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- Aprendizaje continuo
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- Interacción social de calidad
Movimiento, sueño y gestión del estrés: neuroprotección real
El movimiento aumenta el riego cerebral. El sueño profundo activa la limpieza cerebral. La reducción del estrés disminuye la inflamación sistémica.
Por qué la combinación dieta MIND + ayuno puede ser prometedora en 2025
Los estudios sugieren que:
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- La dieta MIND reduce inflamación.
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- El ayuno mejora la salud metabólica y mitocondrial.
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- Juntos pueden crear un entorno óptimo para la memoria.
Tu plan de acción para esta semana (no para «algún día»)
- Lunes: Cambia tu desayuno. Elimina el azúcar, añade frutos rojos y nueces.
- Martes: Camina 20 minutos después de comer.
- Miércoles: Acuéstate 30 minutos antes. El sueño es tu mejor medicina.
- Jueves: Aprende algo nuevo (un pase de baile, un poema).
- Viernes: Llama a un amigo. La conexión social protege tu cerebro.
- Sábado: Cocina una receta mediterránea con verduras de hoja verde.
- Domingo: Desayuna dejando pasar un mínimo de 12 horas desde que cenaste. ¿A que no es tan difícil?
Lo que sí puede hacer el ayuno por tu memoria (y lo que no)
Beneficios respaldados por evidencia 2024-2025
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- Mejorar claridad mental
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- Controlar la glucosa
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- Reducir la inflamación
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- Aumentar el BDNF
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- Optimizar la función mitocondrial
Lo que aún no está demostrado
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- Prevenir la demencia
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- Revertir deterioro cognitivo avanzado
Por qué el ayuno es una herramienta, no una cura

Porque actúa sobre procesos que influyen en la memoria, pero no sobre la causa completa del deterioro cognitivo.
Y eso lo hemos comprobado durante más de una década, en la que hemos acompañado a cientos de personas en sus retiros de ayuno en España. Siempre supervisados por un equipo médico y expertos en ayuno prolongado.
Personas que año tras año, incluso temporada a temporada, repiten con MiAyuno. Personas que se sienten más jóvenes cuando salen del retiro de ayuno. No solo se sienten, sino que la báscula Tanita corrobora que han bajado su edad metabólica. Y nos dicen que se van más ligeras, con mayor claridad para afrontar los desafíos que la vida les pone.
Y por eso incidimos en estas claves sobre la pérdida de memoria y envejecimiento
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- La pérdida de memoria no empieza a los 70, sino décadas antes.
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- La alimentación es un pilar clave de neuroprotección.
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- La dieta mediterránea y la dieta MIND son los patrones más prometedores.
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- La prevención es el verdadero antídoto contra el deterioro cognitivo.
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- El ayuno mejora procesos metabólicos directamente relacionados con la salud cerebral.
Porque el ayuno es, en esencia, un reset biológico: devuelve al cuerpo su capacidad de reparación. No es para todos, ni todo el tiempo, pero sí una palanca poderosa para frenar, prevenir o anticipar el deterioro cognitivo y metabólico.
Envejecer no es una tragedia. Es una oportunidad para empezar a cuidarte de verdad. Para que no pierdas tu tiempo buscando las llaves, sino viviendo con claridad cada momento.
Y si después de leer esto sientes que quieres hacer algo más, algo real, algo que tu cerebro note… da un primer paso.
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«No hay mayor juventud que la lucidez, ni mayor belleza que una mente despierta.»





